Sencillamente Delicioso
A menudo puede pasarnos que se nos vaya la mano con la sal y en lugar de colocarle una sola pizca al agua, le añadimos unas cuantas pizcas de más. Ya sea porque no nos dimos cuenta de medir bien las cantidades o porque se nos cayó un poco más de sal del paquete, la buena noticia es que hay solución.
Los platos demasiado salados arruinan el sabor final de la cocción —aparte de no ser buenos aliados para la salud—, por ende ¿qué hacemos? ¿Tiramos la sopa o cambiamos el agua? ¿Pedimos delivery? La respuesta es no: no tienes que tirar nada ni cambiar el menú por otro para contrarrestar el exceso de sal. No hará falta tirar la sopa, el guiso ni el agua de los fideos que estás preparando. A continuación te enseñaremos algunos trucos que puedes poner en práctica para salvar tu comida. ¡Sigue leyendo!
Consejos para cuando te pasaste de sal
Añadir más agua o caldos
Si te has pasado de sal y estabas cocinando una sopa o guiso, la solución será agregar más agua o caldo sin sal a la preparación. La idea es que trates de diluir la sal y rebajes su cantidad añadiendo más líquido o ingredientes que equilibren.
Añade más ingredientes sólidos
Otra forma de contrarrestar la sal y neutralizar su sabor será añadiendo ingredientes a la receta original. Prueba aumentando las porciones de cada alimento que ya habías cocinado, por ejemplo: si realizaste una ensalada, opta por cortar más vegetales y aumentar el volumen para equilibrar sabores. Si estás preparando fideos, pon a cocinar en otro recipiente una mayor cantidad de pastas—y asegúrate de no salar en absoluto esta nueva preparación— para luego mezclarla con la receta ya salada.
Enjuaga algunas preparaciones
Como leíste, una forma que te puede funcionar es enjuagando algunos alimentos de manera de retirar la sal extra. Prueba pasando por agua la carne, algunas verduras o incluso el arroz (al momento de colarlo).
Agrega acidez extra
Una buena idea para salvar tus comidas puede ser añadiendo acidez (de esta forma conseguirás equilibrar los sabores). Prueba añadiendo un poquito de jugo de limón, yogurt o vinagre blanco —aunque teniendo cuidado de no sobrepasarse, ya que el ácido y la sal en exceso arruinará los sabores de tus comidas por completo.
Incorpora un ingrediente dulce
Algunos ingredientes dulces pueden ayudarte a arreglar tu preparación, así que prueba añadiendo zanahorias, batatas o calabaza cortada en cubos, un poco de azúcar o miel. Realmente lo dulce y lo salado siempre se han llevado muy bien, ayudando a equilibrar sabores.
Disimula el sabor con un medio graso
La grasa no ayudará a absorber la sal, sino que creará una barrera para que las papilas gustativas sientan menos el sabor de lo salado. Una buena forma de contrarrestar los sabores será introduciendo productos lácteos o quesos que no lleven sal (como en el caso del cheddar o queso feta).
Como verás, hay soluciones que puedes probar si te pasaste de sal y quieres arreglarlo. Antes de tirar todo elige poner en práctica alguno de estos consejos que pueden salvar tus preparaciones definitivamente. Y si ya has probado todo y el gusto a sal no se logra neutralizar, prueba sirviendo el plato bien caliente. ¡Que tus horas realizando el plato valgan la pena!
