Seguir prácticas saludables ayudará a evitar riesgos innecesarios y a conocer el entorno de la alimentación, consiguiendo ser responsables de nuestros propios hábitos.
En el caso de la carne, la revisión de su estado y de su color va a ser fundamental. Por ello, hoy vamos a contarte todo lo que debes saber para evitar ingerir carne en mal estado. ¿Influye el cambio de color en la carne? ¿Significa que la carne no se puede consumir? ¡Continúa leyendo y entérate!
¿Por qué cambia de color la carne?
La carne fresca posee oximioglobina, un pigmento que se vuelve rojo en contacto con el aire (oxígeno). Por ende, al no tener contacto con el oxígeno, la carne puede verse de una tonalidad grisácea o marrón.
Los cambios de temperatura, el impacto de bacterias o las exposiciones a cierto tipo de luz, también pueden producir cambios en el color de la carne. De esta manera, el color no estará indicando siempre el estado de la carne, sino si fue expuesta o no a una cierta cantidad de oxígeno.
¿Cómo saber si la carne está en buen estado?

Para saber si la carne es apta para consumir, es importante tener en cuenta varios factores. A continuación, mencionaremos una lista con algunas pautas que te servirán al momento de corroborar su estado:
- ¿A qué huele la carne? Este es uno de los indicios principales a la hora de saber si se puede consumir o no la carne. Si está en mal estado, el olor será agrio o fuerte, e indicará que se está echando a perder. Asegúrate de que la carne huela bien.
- Cambios de color. Si la carne de vaca tiene sectores marrones, grisáceos o púrpuras, es probable de que esté en buen estado y sea seguro ingerirla. Aunque si los cambios de colores se acompañan de un olor desagradable y una textura viscosa, lo mejor será no comerla. Y en cuanto al pollo, comenzará a estropearse cuando se vuelve de un color gris.
- Consistencia y textura. Es importante tocar la carne para chequear que esté firme y fresca, de lo contrario no podrá comerse. Es decir que, si la textura es pegajosa y no se rompe con facilidad —en el caso de la carne molida —, significa que es momento de descartarla.
Por último, además del olor, la textura y el color, será fundamental verificar que la carne se mantenga refrigerada y bien envuelta, teniendo en cuenta las fechas de vencimiento y que no haya signos de descongelación. Todo esto nos dará indicios de si se ha echado a perder o no.