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La sal, los distintos tipos y su uso en la cocina

La sal es un ingrediente básico en nuestras comidas y cocinas, y  es esencial para darle sabor a los alimentos –además de conservarlos y otorgarles más textura. 

Pero… ¿Es buena la sal? ¿Existen distintos tipos de sal para cocinar? ¿Cómo podemos usarla en nuestros platos? 

Estas y más preguntas serán respondidas en este artículo, ya que hoy hablaremos de las distintas sales que se pueden usar según la preparación que estemos realizando, y sobre algunas de las diferencias que existen. ¡Vamos a ello! 

¿Qué sal es mejor usar? 

Todas las sales tienen la misma composición química, aunque cuentan con la particularidad de estar procesadas de distinta manera. Esto provoca que cambie el sabor, la textura y la forma de fabricarla entre una y otra. 

En la actualidad encontraremos numerosos tipos de sales en el mercado, y el punto estará en cuál escoger. ¿Elegimos la sal de mesa tradicional? ¿Cambiamos a otro tipo según la cocción? ¿Cuál es mejor para la salud? Veámoslo en esta lista:

Tipos de sales y sus usos en la cocina

Sal de mesa (tradicional)

Comúnmente ingerimos este tipo de sal, proveniente de las minas de sal. Ésta es procesada con el fin de eliminar minerales y presenta aditivos que evitan que se formen grumos y yodo –lo cual es bueno para evitar problemas de tiroides. 

Sal marina 

Se fabrica evaporando agua salada del mal. Su consumo ha aumentado en estos últimos tiempos –ya que se cree que es más nutritiva que la sal de mesa–, debido a que posee más minerales. Sin embargo, para aprovechar estos beneficios deberíamos consumir sal en exceso, lo cual no es recomendado. 

Sal Kosher

Este tipo de sal se encuentra menos procesada que la sal de mesa y no contiene aditivos como el yodo. Se utiliza para realzar el sabor de las carnes y para absorber la sangre de animales –en festejos judíos, por ejemplo. También puede ser utilizada para finalizar un platillo o darle textura. 

Sal del Himalaya

Esta sal rosada proviene de las minas y se distingue por su sabor y su contenido de hierro, calcio y magnesio. Además, se puede encontrar tanto como sal fina o sal gruesa, dependiendo el uso que se le quiera dar. 

En conclusión 

Existen más sales como la sal maldon, la flor de sal, la sal negra, la sal negra del Himalaya, la sal celta, entre otros tipos. Sin embargo, a la hora de usarlas en la cocina, lo importante será moderar su ingesta y no excederse –sea cual sea el tipo de sal que elijamos para nuestros platillos. 

En otras palabras, una variedad de sal no es más “nutritiva” o “saludable” que otra, por lo que siempre se deberá limitar su consumo a menos de 5 gramos diarios (una cucharadita de té).

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