¿Amas los tomates, los cultivas en tu huerta, los compras a menudo?
Si son uno de tus frutos predilectos estamos seguros de que has probado varias recetas deliciosas para tus platillos. Entre estas alternativas —a la hora de comer e innovar en lo culinario—, existe la opción de pelarlos, por ejemplo, para hacer una sopa o salsa de tomate.
Así que no esperes más, hoy te vamos a enseñar un truco fácil para que puedas quitarle la piel al tomate. ¡Empecemos!
¿Por qué o para qué quitarle la piel a los tomates?
Puedes pelar un tomate para preparar algunas recetas de sopas o salsas en la que necesitas una consistencia más suave para el paladar, ya que la piel aporta textura. Sin embargo, en la mayoría de comidas se puede utilizar la piel sin problema y no será necesario quitarla. Otra forma de consumirlos es asándolos, de manera que la piel no se sienta a la hora de comerlos.
Algunas mamás también optan por quitar la piel del tomate al momento de dar de comer a sus bebés, para evitar que se ahoguen cuando comienzan a ingerir alimentos —a partir de los 6 meses.
Cómo sacarle la piel a los tomates
Esta es una de las mejores opciones, recomendada por todos los cocineros, ya que es muy sencilla de realizar. Chequea el paso a paso:
Paso 1:
Solo necesitarás una olla o recipiente con agua (el tamaño va a depender de la cantidad de tomates que debas pelar). Una vez que tengas lista la olla, déjala en el agua hasta que comience a hervir.
Paso 2:
Una vez que el agua hierva, escoge un tomate y hazle cortes en forma de cruz con ayuda de un cuchillo afilado (corta en la parte donde antes estaba el cabo). Asegúrate de que los cortes sean firmes y limpios.
Paso 3:
Ahora solo queda tomar un tenedor y pinchar cada tomate al que le realizaste los cortes. Luego deberás ir sumergiéndolos en el agua hervida. Procura que estén solo unos segundos bajo el agua.
Paso 4:
Al retirarlos del agua hirviendo, coloca los tomates en una olla con agua fría para no quemarte al momento de pelarlos. ¡Y listo! Ya podrás comenzar a quitar la piel de tus tomates fácilmente y en cuestión de segundos.
Otra alternativa será congelar los tomates para luego retirarle la piel, comprar tomates directamente pelados o utilizar tomates de estilo perita —ya que cuentan con la ventaja de que se les retira la piel mucho más fácil.